Mucha gente, probablemente la mayoría, cree que el problema de la deuda española es del Estado, lo cual suele simplificarse aún más atribuyéndosela al Gobierno, es decir, a Zapatero, que de ese modo encarna todos los males del país. Ojalá esta burda acusación partidaria alimentada por el PP y sus terminales mediáticas fuese cierta, porque de ese modo España estaría, dentro de lo malo, bastante bien.