Lejos de la debacle que pudo haberse producido en el PSdeG-PSOE debido a la pérdida de la Xunta, los socialistas mantienen el tipo y, de la mano de ‘Pachi’ Vázquez y José Blanco, resisten ante el presidente Feijóo

Las encuestas colocan en mala posición al PSOE en España, donde todo parece indicar que el Partido Popular va a ganar las próximas elecciones generales. Sin embargo, los sondeos que se han ido haciendo en Galicia mantienen la ventaja de la izquierda en las grandes ciudades, lo cual está alterando la hoja de ruta de Feijóo, que ambiciona recuperar para el PP algunas de las urbes gallegas. Es este el contexto en el que se producen las fuertes tensiones entre José Blanco, número dos del PSOE, y Feijóo, número uno del PP gallego, si bien ambos camuflan sus disputas al abrigo de las obras públicas y de otras inversiones en Galicia.

La inesperada pero gran victoria de Feijóo frente a Touriño se saldó en el PSOE con la caída de su anterior secretario general, sustituido por ‘Pachi’ Vázquez, un político combativo que ha sido capaz de ir colocando al presidente contra las cuerdas, al tiempo que daba así moral a sus militantes. ‘Pachi’ Vázquez tendrá que decidir pronto su candidatura a la presidencia de la Xunta, que él no quiere cerrar ni antes de las elecciones municipales ni sin el pleno respaldo de su partido; una manera, sin duda, de advertir que no le basta el apoyo de los dirigentes que lidera José Blanco. Será a partir de ese momento cuando, si procede, ‘Pachi’ Vázquez articule un discurso político con alternativas y no solo críticas, pero partiendo de la base de haber resuelto con decoro sus duelos, cuerpo a cuerpo, con Feijóo, un político acostumbrado a demostrar sus buenas maneras en los platós y cuya asignatura pendiente es proyectar la misma buena imagen como gobernante responsable ante la crisis y el desempleo.

Esta situación tiene un tanto desconcertado al PP de Galicia, que no traduce en las encuestas de las grandes ciudades el buen cartel de su líder ni las expectativas electorales del partido en España, señal de que el PSdeG-PSOE resiste en sus feudos urbanos y de que el BNG tampoco se desmorona. Lógicamente, ‘Pachi’ Vázquez y José Blanco algo tienen que ver con todo esto: el primero como azote del Gobierno de Feijóo y el segundo como manantial de inversiones públicas en toda Galicia y en sus grandes ciudades, justo en un momento en que la capacidad de inversión de la Xunta es francamente baja.

Tiene su lógica electoral, por tanto, que desde el PP, la Xunta y sus medios afines orienten sus misiles dialécticos contra Blanco y ‘Pachi’. Pero quizá lo tiene menos el argumentario utilizado. Al ministro se le pueden reprochar muchas cosas, como a cualquier político tan expuesto a la opinión pública, pero no precisamente falta de compromiso con Galicia. En los tiempos que corren, de severos ajustes presupuestarios en toda España, es una suerte para Galicia que Blanco sea ministro de Fomento, ya que de su cartera dependen todas las grandes obras de infraestructuras pendientes en esta comunidad: AVE, autovías, puerto exterior, aeropuertos, etcétera. No verlo así equivale a no querer ver la realidad, con independencia de que Blanco sea el número dos del PSOE y barra para su casa en cuanto puede. ¿Acaso no lo haría Feijóo si fuese ministro de Fomento con Rajoy en la Moncloa?