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sábado, 20 de abril de 2024 00:17h.

Zara no entiende de crisis

Desbordada por la crisis de la deuda, desolada ante el debate sobre el copago sanitario y angustiada por el desempleo, España sigue instalada en el pesimismo bajo el manto de un discurso político que solo comprende ajustes y pérdidas de derechos sociales y laborales. Visto así pudiera parecer que solo queda apagar la luz.

Desbordada por la crisis de la deuda, desolada ante el debate sobre el copago sanitario y angustiada por el desempleo, España sigue instalada en el pesimismo bajo el manto de un discurso político que solo comprende ajustes y pérdidas de derechos sociales y laborales. Visto así pudiera parecer que solo queda apagar la luz.

La realidad del país es, indudablemente, muy negativa, y negarla sería suicida. Pero entre instalarse en el pesimismo e intentar salir a flote sigue habiendo muchas diferencias, aquí y en cualquier parte. Dicho de otra manera: la crisis financiera y fiscal dificulta las cosas, algunas las hace poco menos que imposibles, pero sigue habiendo mucho por hacer, que sí se puede sacar adelante. En parte porque hay problemas estructurales que afectan a la economía productiva de España agravados por la crisis, pero que no se deben a la crisis, sino a la ausencia de adecuadas políticas sectoriales en la agricultura, la industria y los servicios.

El presidente de la empresa española más emergente en el mundo lo tiene claro: "la crisis no es excusa para no crecer", argumentó Pablo Isla en Nueva York, donde Zara acaba de abrir en la Quinta Avenida la que ya es su tienda de referencia para todo el planeta. Si algo está demostrando el gallego Amancio Ortega, el creador del imperio Inditex, es que cuando se genera valor añadido y se trascienden fronteras no hay crisis, sino éxito en medio de la crisis. De otros, claro.

Frente a la recesión interna, Inditex vende fuera, y ante la crisis inmobiliaria, su propietario invierte comprando barato edificios emblemáticos, como Torre Picasso en Madrid o el que adquirió esta semana en pleno Paseo de Gracia, en Barcelona.Amancio Ortega convierte así la crisis del ladrillo en una oportunidad y vende en el exterior lo que su gente diseña en A Coruña. Algunos se fijan mucho en él porque es el hombre más rico de España pero se fijan menos en lo que hace para ser lo que es: la quinta fortuna del mundo. Y lo que hace es trabajar bien. @J_L_Gomez
 
> OTR 17/03/12