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miércoles, 24 de abril de 2024 11:47h.
Opiniones

El ventilador de Marta causa sensación

La conselleira de Facenda ha lanzado críticas a las inversiones de las caixas de Galicia ahora que asumió su fusión.

La conselleira de Facenda ha lanzado críticas a las inversiones de las caixas de Galicia ahora que asumió su fusión. ¿Quizá está anticipando algo que está por venir? Convendría aclararlo

Por sus declaraciones, da la impresión de que la conse-lleira Marta Fernández Currás culpa de todos los males presentes y futuros de la nueva caixa a indefinidos gestores, presentes o no en la actual, que realizaron malas inversiones, que ahora hay que deshacer, y también a ciertos gobiernos –¿todos menos el suyo?– que las consintieron o autorizaron. Quizá se olvidó de que las últimas operaciones, la venta de Reganosa y la participación en la ampliación de Sacyr, son de este año y que ella estaba gobernando. Pero parece que la conselleira de Facenda le ha pedido a Papá Noel un ventilador.

Después de haber recibido generosos elogios por su aparente diligencia en la exitosa firma de la gran caixa gallega, Marta F. Currás está ensayando algunas artes, al estilo tirar cañas, para preparar el terreno por si, como pasa a veces con el buen vino, surgen contratiempos al decantar la operación. Si se hubiese actuado con calma desde el principio –sí, con calma, ¿o ya lo hemos olvidado?–, se hubiera ahorrado ella misma y, por añadidura, le hubiera ahorrado a su gobierno y a su país –se supone que es Galicia– un posible ridículo. El fútbol a veces nos explica bien este tipo de cosas. Así, en competiciones como la Copa del Rey o la Champions nadie celebra la victoria en el partido de ida, ya que la eliminatoria siempre depende del partido de vuelta. ¿Es posible que estemos ahora ante una operación inviable o que requiere de tanta mutilación para su viabilidad que casi es peor el remedio que la enfermedad? Se supone que no pensará eso la conselleira que se tomó tres o cuatro meses para analizar detenidamente la situación y que contó con todo tipo de medios para ello, generosamente retribuidos.

Entre los mandatarios de la nueva caixa, los hay que tienen en gran estima la capacidad de Marta para analizar y aprobar “folletos publicitarios”. En cambio, es menor su entusiasmo a la hora de definirla como la actriz principal de esta gran película financiera. Por mucho asesor técnico y teórico que la apoya, distan aún años de experiencia y práctica, que no pueden reconocerle. Y alguno, más afín, concilia mejor el sueño, pero, cuando hay que estar despierto al teléfono, resulta igual de contundente, como bien saben tanto ella como Cobelas. A veces queda guai pintar planes en la servilleta pero eso no siempre funciona, del mismo modo que no todos los medios justifican los fines, ni todos los días se convierten ateos a la fe. En realidad, a Currás pocos le han engañado: ahí están los que veían y apoyaban la fusión y los que, desde un principio, no creían ni creen en ella.

Y puestos a hablar de malas inversiones, no vaya a ser que alguien le eche en cara la manida auditoría que consagraba la viabilidad de la fusión o que su ventilador también remueva a ciertos profesionales que firmaron auditorías encargadas por la Xunta, y que costaron a los gallegos un millón de euros. Marta seguramente puede mantener sus críticas, de charla con sus amigos, pero la conselleira de Facenda, no. Sería surrealista que no ayudase a sacar adelante la fusión que ella impulsó o que se baje ahora del barco. Es más, a la vista de las fotos del día de la firma, se diría que ella y Feijóo comparten el mando de una nave cuyas velas –las del logotipo–hay que lograr que lleguen a buen puerto.