Buscar
domingo, 05 de mayo de 2024 00:02h.
Opiniones

NCG: ¿Solo la privatizarán? ¿O la trocearán?

Es normal que la gente de la calle se pregunte qué pasará con su caja. Porque mucha gente en Galicia considera que la caja es suya. La prueba más evidente del aprecio a las caixas es que, a pesar de la que está cayendo, la gente sigue confiando en su caja. En los tiempos que corren todo esto no cotiza en los mercados, incluso pudiera parecer cursi y antiguo. Pero gracias a eso,

Es normal que la gente de la calle se pregunte qué pasará con su caja. Porque mucha gente en Galicia considera que la caja es suya. La prueba más evidente del aprecio a las caixas es que, a pesar de la que está cayendo, la gente sigue confiando en su caja. En los tiempos que corren todo esto no cotiza en los mercados, incluso pudiera parecer cursi y antiguo. Pero gracias a eso, Novacaixagalicia guarda 50.000 millones del ahorro de los gallegos, que no es ninguna broma. Por tanto, preguntémonos qué puede pasar, temiendo lo peor, de modo que si después la cosa no es tan grave podamos celebrarlo.

Con las exigencias de capital ya conocidas, la caja gallega tendrá que ser privatizada, ya que el mercado no cree en su capacidad para colocar cuotas participativas por valor de al menos 1.500 millones de euros. Imaginemos por tanto que es nacionalizada, como garantiza el Gobierno que sucederá en caso de que no cumpla todos sus requisitos y los del Banco de España. Llegado ese día, el gobernador del Banco de España relevaría al consejo de administración y colocaría al frente a un equipo profesional, probablemente salido de algún banco de negocios. Ejecutivos fríos, ajenos a la realidad de Galicia, que harán lo que mande Cibeles. Después tocará la privatización, es decir, la búsqueda de capitalistas que compartirían con una fundación la propiedad del nuevo banco. Esos inversores, lógicamente, podrán ser gallegos, chinos o rusos, salvo que el Gobierno acote la entrada de capitales, lo cual no parece probable. Pero no perdamos de vista otras hipótesis, si cabe más peligrosas, como por ejemplo que troceen la entidad o la integren en otra de mayor tamaño, mediante una fusión por absorción. Cualquier cosa es posible a estas alturas.

¿Puede hacer algo la Xunta? Sí. Básicamente, dos cosas: una, poner en valor el Estatuto de autonomía y su legislación –para que luego digan que nadie pregunta en la calle por el Estatuto–, ya que las cajas son una competencia compartida, y dos, desplegar el arte de la política, lo cual corresponde al presidente de la Xunta. Alberto Núñez Feijóo tiene, a su vez, otras dos opciones: una, seguir las indicaciones de su partido, que en general está de acuerdo con el Gobierno y el Banco de España –Rajoy y el PP critican las formas, no el fondo del asunto–, y dos, ponerse el casco de Galicia y promover desde aquí, con inteligencia, sutileza y pragmatismo, un accionariado comprometido con Galicia, de modo que esta comunidad no pierda peso financiero en España.

La Oposición y algunos medios con editorial han sugerido al presidente que mueva ficha en circunstancias tan extraordinarias como las que estamos viviendo. De momento, Feijóo guarda silencio y envía señales de malestar con las nuevas medidas del Ministerio de Economía. El papel de crítico con el Gobierno no debería ser el suyo, si quiere negociar una salida para Galicia. Ese papel puede hacerlo perfectamente un número dos. En otras palabras: ser radical en su caso es la mejor manera de que no se construya una solución gallega.

Dicho todo eso, hay que reconocer que es muy difícil salvar la situación de NCG. Pero también hay que saber ver otra cosa: si Feijóo lo consigue, se convertirá en un político de talla en clave de país.

>> POST DATA: Ojo con los cuadros

En circunstancias normales, nadie se plantearía en Galicia tener cuidado con las magníficas obras de arte que constituyen las colecciones de las antiguas Caixanova y Caixa Galicia. La aún más antigua Caixavigo realizó una labor extraordinaria, de la que Caixanova fue continuadora, y Caixa Galicia, aunque más tarde, también llevó a cabo la compra de valiosas pinturas y otras obras de arte contemporáneo. Hoy, Novacaixagalicia tiene en sus colecciones obras de Picasso, Seoane, Granell, Castelao, Colmeiro, Chillida, Gris, Díaz Pardo, Laxeiro, Sotomayor, Abelenda, Barceló, Lugrís, Menchu Lamas, Dans, Patiño, Quessada, Cabezas, Caramés y muchos otros artistas gallegos e internacionales.

Pues bien, en circunstancias tan anormales como las actuales, no vendría mal que alguien salve de la especulación y la privatización de la caja todo ese gran patrimonio de Galicia. Y que lo haga con las máximas garantías. Semejante advertencia pudiera parecer una exageración pero ya no lo es.