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sábado, 18 de mayo de 2024 04:01h.
Opiniones

Miradas ante la fusión de las caixas de Galicia

>> Méndez es el gran ausente, a pesar del ser el artífice de la primera caja gallega >> Los intentos de última hora de buscarle acomodo se mezclaron con intereses empresariales de Pescanova y ‘La Voz’ >> Ni dos ministros lograron doblegar al Banco de España >> Gayoso ganó y ahora tiene la oportunidad de demostrar que solo los poderosos pueden ser

>> Méndez es el gran ausente, a pesar del ser el artífice de la primera caja gallega >> Los intentos de última hora de buscarle acomodo se mezclaron con intereses empresariales de Pescanova y ‘La Voz’ >> Ni dos ministros lograron doblegar al Banco de España >> Gayoso ganó y ahora tiene la oportunidad de demostrar que solo los poderosos pueden ser generosos >> El futuro queda en manos de Pego y Paredes >> Las grandes fortunas de Galicia, cautas ante la eventual privatización

La fusión de las cajas gallegas arranca con muchas miradas dejándose caer. Miradas de ilusión y de alegría. Miradas de optimismo relativo. También miradas de tristeza, e incluso miradas de impotencia y desesperación contenida. Y, cómo no, miradas estratégicas.

> MIRADAS DE ILUSIÓN

Las miradas de ilusión y alegría son las de aquellos que han ganado o cuando menos están en el tren de la caixa que lleva a alguna parte. Hay muchos en Caixanova y también algunos en Caixa Galicia; cada vez más.

Los de Vigo es lógico que estén contentos porque han ganado en el campo y en los despachos, con su público haciéndole la ola. Y como en A Coruña no solo hay gente localista, sino también muchas personas que entienden que Galicia existe, emergen profesionales capaces de resumir la nueva situación en una frase: “Si dejásemos de ser de aquí, nos diluiríamos, perderíamos negocio, clientes y eficiencia”, podíamos leer ayer en Xornal de Galicia bajo la firma de Javier García de Paredes, líder transitorio de Caixa Galicia y futuro ‘números dos’ de la caixa resultante

Quizá hay más miradas de alegría que veremos mejor cuando abran bien los ojos, pero de momento es pronto para generalizar demasiado. Puede también que haya miradas de alegría –por la victoria– y no necesariamente de ilusión, dadas las circunstancias financieras del momento y de las propias caixas.

> MIRADAS DE OPTIMISMO

Las miradas de optimismo relativo las llevan escritas quienes necesitan resolver sus problemas financieros y estaban aguardando a que terminase el festival de egos de los últimos meses. En su mayoría son empresarios que necesitan líneas de crédito y particulares que siempre han confiado en la caja, porque hay algo que tienen las cajas y que a la banca le cuesta mucho conseguir: cercanía y confianza. Por algo Julio Gayoso, primer presidente de la nueva caja, fijó el reto en las familias y las pymes gallegas. El suyo es un optimismo por necesidad, ya que peor de lo que están es difícil que se pongan.

También comparten esas miradas de optimismo relativo los políticos que contribuyeron a favorecer la fusión; es decir, esta fusión y no la otra, porque la absorción que querían Núñez Feijóo y La Voz de Galicia se la llevaron por delante Mafo desde el Banco de España y Elena Salgado desde el Ministerio de Economía. Entre esos políticos hay uno que sobresale: el líder de los socialistas gallegos, ‘Pachi’ Vázquez, con el ministro José Blanco en un segundo plano y más de una rectificación sobre la marcha. También, el alcalde Abel Caballero, que hizo el papel de duro en esta película, cuyo contradictorio guión se fue escribiendo sobre la marcha.

El presidente Feijóo se declara formalmente satisfecho ante la fusión, del mismo modo que el líder nacionalista Guillerme Vázquez, pero uno y otro saben que esta fusión tiene poco o nada que ver con la que el primero diseñó y con la que el segundo soñó. Y menos aún con la caja pública que abandera el BNG, ya que esta caixa, como la mayoría de las demás cajas españolas, podría terminar diluida en el inmenso mar privatizador que va comiéndose los arenales públicos. En lo que tarde en consumarse ese fundado temor influirá mucho la gestión que lleven a cabo José Luis Pego y Javier García de Paredes, a quienes Gayoso parece dispuesto a darles cancha cuando dice que “los grandes proyectos los ejecutan grandes directivos”. Pero, no nos engañemos, ni Pego ni García de Paredes pueden hacer milagros.

> MIRADAS DE TRISTEZA

Las miradas de tristeza acompañan a quienes han perdido y se han quedado en la estación o ya estaban en sus casas, pensando en otras cosas, conscientes de que su futuro no pasa por las cajas, por muy glorioso que fuese su pasado e incluso su presente.

Son las miradas de los despedidos –no de todos, porque también los hay que se han alegrado del controvertido pacto laboral– y de los relegados que ya saben o intuyen su nuevo papel.

José Luis Méndez, el economista que levantó la gran caja de Galicia, no tiene exactamente mirada de tristeza, pero costaría incluirlo en otro apartado. Se ha quedado al margen de la gestión de la nueva caixa y también de optar, al menos a corto plazo, a la presidencia. En su camino se cruzó el Banco de España –el verdadero primo de zumosol de Gayoso– con una contundencia desconocida en el sector. De nada sirvieron las presiones políticas ni, menos aún, las mediáticas, como bien saben el ministro José Blanco y el editor Santiago Rey, primero adversarios y finalmente aliados coyunturales. Juegos de poder, en definitiva, que algunos quieren mantener en secreto pero que la gente tiene derecho a saber, más allá de la propaganda oficial y del periodismo declarativo que, lejos de atraer lectores, los espanta.

Conclusión: Julio Gayoso ganó y ahora tiene la oportunidad de demostrarle al equipo de Méndez que solo los poderosos pueden ser generosos. El veterano financiero vigués ya demostró fuerza suficiente al amagar este fin de semana con paralizar la fusión si entraba Méndez en la asamblea, teniendo en cuenta que eso podría darle acceso al consejo e incluso a la copresidencia.

> MIRADAS DE IMPOTENCIA

Por último están las miradas de impotencia y desesperación contenida: las de aquellos que se han quedado sin el amigo financiero y ahora se plantean cómo entenderse con su enemigo, que todo puede ser, y más tratándose de Galicia.

José Blanco hizo y deshizo bastante en esta fusión pero tampoco todo lo que quiso o, mejor dicho, todo lo que le pidieron; no siempre, por cierto, en la misma dirección. En la primera fase contribuyó a pararle los pies al presidente Feijóo, objetivo que consiguió casi sin despeinarse, y en la segunda intentó, del mismo modo que Elena Salgado, un equilibrio imposible: recolocar a Méndez a la altura de Gayoso, después de haberle destronado. ‘Mafo’ no cedió a ningún tipo de presión de última hora e hizo valer su poder, ante el que no cabe recurso de apelación de ningún tipo, de manera que Blanco no tuvo más remedio que reconocerle a Santiago Rey –en este caso asociado a Manolo Fernández, de Pescanova— que Méndez se quedaría fuera de la asamblea; es decir, sin posibilidad de acceso inmediato al consejo de la nueva caixa.

Para el influyente diario La Voz de Galicia, líder de esta comunidad pero con acusada tendencia a la baja, debido a la falta de compradores de diarios y a la crisis de la publicidad, la caja con sede en A Coruña es algo más que un socio destacado de su filial de televisión, donde también está el empresario coruñés Manuel Jove. La Voz está unida a Caixa Galicia por importantes créditos y convenios y otros acuerdos de muy diverso tipo que contribuyen a mantener a flote este diario centenario. Para Pescanova, Caixa Galicia también es de importancia vital. En este caso es un accionista que, unido a Caixanova, maneja la posición estratégica de la multinacional pesquera y que, por tanto, está en condiciones de controlar y/o de vender la compañía a un tercero, con riesgos evidentes para Manuel Fernández, hasta ahora cobijado por Méndez y desde ahora en manos de Julio Gayoso, vigués como él pero que no es precisamente el presidente de su club de fans.

El futuro de José Luis Méndez queda, en definitiva, más fuera que dentro de la caja, donde conserva la presidencia de la Fundación Caixa Galicia. Su nueva situación, ya más tranquila, quizá le sirva para que cesen los ataques mediáticos que sufrió, entre otras razones porque tampoco tiene mucho mérito atacarle sin piedad una vez destronado. Ni desde dentro, ni desde fuera. Tiempo habrá, por lo demás, para que reivindique su figura, ya que nadie puede negarle que es el principal artífice de Caixa Galicia. Para lo malo, pero también para todo lo bueno, que no es precisamente poco.

> MIRADAS ESTRATÉGICAS

Lejos de todo este mundanal ruido van cogiendo forma otras miradas bien diferentes, las estratégicas. Son las miradas de los que saben, de los que jamás tienen prisa ni agobios. De los verdaderamente poderosos.

Las miradas estratégicas se centran en el futuro a medio y largo plazo, tanto de la caixa de Galicia, como de las demás que aún quedan medio vivas por España adelante. Son miradas frías, sin alma, son las miradas de quienes meditan cómo controlar las cajas al menor precio posible. Por desgracia para las cajas públicas, quienes quieran entrar en su futuro ‘capital’ podrán hacerlo más pronto que tarde. La crisis y la ley alfombran ya su camino, mientras soplan vientos privatizadores.

Desde Galicia, en este sentido, pudiera pensarse que hay fortunas más que suficientes para mantener la ‘galleguidad’ de la caixa una vez privatizada. Sin embargo, los primeros sondeos realizados por Xornal de Galicia no avanzan demasiado entusiasmo. Entre los grandes multimillonarios se habla del tema pero con mucha cautela.