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sábado, 18 de mayo de 2024 03:17h.
Opiniones

Mariano Rajoy en estado puro

El Estado de bienestar británico está reduciéndose en unos 22.000 millones de euros al año. David Cameron va a subir la edad de jubilación a los 66 años, conseguir una vivienda social en Gran Bretaña será más caro y se encarecerán las tasas universitarias.

El Estado de bienestar británico está reduciéndose en unos 22.000 millones de euros al año. David Cameron va a subir la edad de jubilación a los 66 años, conseguir una vivienda social en Gran Bretaña será más caro y se encarecerán las tasas universitarias. Son solo algunos ejemplos del severo plan de ajuste de Londres para reducir el déficit de sus cuentas públicas. Para los españoles hoy tiene más importancia tener presente que Cameron anunció la supresión de 490.00 puestos de funcionarios y otros 49.000 empleos en el Ejército. Y es que el primer ministro británico es el espejo en el que se mirará Mariano Rajoy si es presidente del Gobierno en 2012. “El plan de Cameron da confianza; yo haría algo similar en España”, declara el candidato del PP en el diario El País, eso sí, con matizaciones, como la de que “yo aquí no hubiera suprimido 500.000 empleos públicos”. ¿Cuántos entonces?

No es una manera directa de saber lo que haría Rajoy en España, si gobernase, ya que en la entrevista no se muestra muy explícito que digamos, pero sí de intuir sus pasos. Por cierto, en lo que puede ir avanzando Rajoy es en darle instrucciones a sus presidentes autonómicos para que apliquen otras medidas de Cameron, como dejar sin coches oficiales a los miembros del Gobierno y prohibir a los funcionarios viajar en primera clase.

Lo más concreto que dice Rajoy es que hay que ayudar a quienes pueden generar riqueza y puestos de trabajo -léase empresas y autónomos-, reducir el déficit público y la deuda pública, finalizar el proceso de reestructuración de las cajas de ahorros -léase privatizarlas- y hacer un pacto energético con sacrificios de todos, se supone que también de las empresas productoras y distribuidoras, algo que insinúa pero no concreta. El aspirante a relevar a Zapatero en la Moncloa habla de reformas estructurales de manera genérica y lo más ostensible que dice es que sobran empresas públicas y fundaciones de interés público. Puede ser verdad, pero con eso poco se avanzará en España. En definitiva, Mariano Rajoy en estado puro.

Al líder de la Oposición se le da mejor desacreditar al Gobierno que plantear una alternativa. No parece tarea difícil lo primero, estando España como está, y en cambio lo segundo se le resiste. Leyendo su extensa entrevista con el director de El País se observa que hay cosas de la economía que Rajoy no domina y otras ante las que no quiere pronunciarse, seguramente para no asustar a nadie. Todo ello no deja de ser una lástima porque si es cierto, como sostiene Rajoy, que el Gobierno de ZP no sabe levantar el país, no parece serlo menos que la alternativa que representa es, de momento, poco consistente.

España cerrará el PIB de 2010 con una caída del 0,3% y las previsiones del Gobierno estiman que en 2011 aumentará un 1,3%, si bien el FMI y otros organismos públicos y privados rebajan el porcentaje hasta el 0,8%. En este contexto, sigue habiendo miedo a contratar, ni siquiera al amparo de la reforma laboral, por lo que es importante que alguien sea capaz de generar confianza y de despejar las perspectivas económicas.