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domingo, 05 de mayo de 2024 00:02h.
Opiniones

Esto está francamente complicado

Novacaixagalicia (NCG) no está recibiendo buen trato de nadie, pero como el resultado es lo único que cuenta –ni que esto fuera fútbol–, la eliminatoria está francamente complicada. El partido de ayer,

Novacaixagalicia (NCG) no está recibiendo buen trato de nadie, pero como el resultado es lo único que cuenta –ni que esto fuera fútbol–, la eliminatoria está francamente complicada. El partido de ayer, resumido en el editorial de Xornal de Galicia, se ha saldado con una goleada difícil de remontar y ahora solo cabe aunar voluntades para ver si, entre todos, es posible alguna solución. Hay un problema de dinero, que hace falta buscar; hay otro problema de valoración, y hay también un problema político, ya que el desencuentro de la Xunta con el Gobierno y el Banco de España no ayuda precisamente a encajar una solución para NCG.

La caja gallega, en el mejor de los escenarios posibles, que es su bancarización, precisa 1.600 millones de euros. Puestos en esa hipótesis, para controlar la entidad resultante tendría que ser valorada en al menos la misma cantidad, lo cual no parece muy realista que digamos, ya que las entidades financieras están en un momento de baja valoración, incluso en Bolsa y teniendo buenos números. Por si fuese poco, ahora sobra donde invertir en el sector en España, de forma que cualquier inversor apurará mucho la jugada. En ese contexto, parece necesario contar también con dinero del Fondo de Reestruturación Ordenada Bancaria (FROB), ya que este no influye a la hora de regular quien controla la entidad; es decir, con un porcentaje minoritario y la ayuda del FROB, la caja sí podría controlar el banco que precisa conseguir, siempre que sus futuros socios se lo acepten, que tampoco será fácil.

El recurso al FROB pinta mal, ya que en ese caso el Banco de España, una vez dentro, podría optar por vender a un tercero toda la entidad o por partes. Tampoco inspiran mucha ilusión los acuerdos tipo SIP con otras cajas, ya que la entidad gallega terminaría diluída.

Volvamos, pues, a la primera hipótesis, que dentro de lo malo es la menos mala. Lo primero que requiere esa opción es voluntad de llevarla a cabo por parte de la dirección de NCG. Lo segundo, un clima político que hoy por hoy no existe.

NCG tiene su valor y hay que saber venderlo, de manera que no todo está perdido. Tiene una cuota de mercado impresionante en Galicia y su nivel de saneamiento es más que aceptable, ya que realizó provisiones que otros no llevaron a cabo. Dicho de otra forma: hay entidades que en la foto del Banco de España salen mejor que NCG y que, sin embargo, están peor que la caja gallega.

Feijóo, que presume de que NCG es el principal fruto de su gestión política en dos años, debe reflexionar sobre su estrategia de confrontación, ya que ésta no conduce a ninguna parte. Un pacto con la Oposición en Galicia y la mano tendida a Madrid ayudarán más que seguir pregonando una injusticia, aún sabiendo que no le faltan razones.