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sábado, 18 de mayo de 2024 03:17h.
Opiniones

El guión del posible final de ETA

Batasuna sigue presionando a ETA para el “abandono definitivo de las armas” y la banda armada replica de inmediato y propone una mesa de diálogo para “ir más lejos”. Mientras, el Gobierno reitera que no acepta condiciones de los terroristas y el PP secunda esta posición pero va más allá, al decirle a los mediadores que “no tienen nada que mediar”.

Batasuna sigue presionando a ETA para el “abandono definitivo de las armas” y la banda armada replica de inmediato y propone una mesa de diálogo para “ir más lejos”. Mientras, el Gobierno reitera que no acepta condiciones de los terroristas y el PP secunda esta posición pero va más allá, al decirle a los mediadores que “no tienen nada que mediar”. El PNV reitera ante ETA que “no vale alto el fuego que no sea cese definitivo”. Así están las cosas tres semanas después de que ETA anunciara, primero, un alto el fuego, e informara, después, de que está dispuesta a hablar con mediadores extranjeros, comprometiéndose con la llamada Declaración de Bruselas, cuyo texto reclamaba a la organización armada cumplir con las vías pacíficas y democráticas, abandonando las acciones terroristas para conseguir objetivos políticos.

Desde Euskadi, su diario líder, El Correo, concluye muy en línea con PSOE y PNV que “solo se precisa que ETA deponga las armas sin rodeos” e interpreta que el documento que la izquierda abertzale y otras formaciones nacionalistas presentaron el sábado en Gernika guarda una correspondencia entre “cómplice y equívoca” con los mensajes que está transmitiendo ETA estas últimas semanas. Desde el diario nacionalista Deia, el abogado y ex dirigente de HB Txema Montero sostiene que ahora ETA “se dispone a morir” y que lo hace “con las mismas vacilaciones que tuvo para comenzar a matar”, y desde el periódico abertzale Gara se advierte en un editorial de que “frente a planteamientos irreales y a esquemas de venganza y rendición”, corresponde a las fuerzas políticas “aprovechar este momento y actuar con responsabilidad”. “La palabra es plata, el silencio oro”, es el proverbio al que apela el veterano Txema Montero a propósito del proceso de paz.

Que algo pasa, es lo más evidente. Y que las cosas no están peor que en otros momentos, también. El guión del final de ETA puede estar ya esbozado, pero falta que se escriba y se interprete, y sobre todo que sea verdad. Quizá sea pronto todavía para extraer conclusiones más definitivas, entre otras razones porque quienes juegan la partida ni siquiera se han sentado a la mesa ni han cerrado su guión, que, como todo buen guión, debe abarcar tanto los aspectos literarios –léase políticos– como los técnicos, sin dejar ningún detalle importante en el aire. Para la escena final, si es feliz, sobrará quien quiera apuntarse. Otra cosa es participar en los momentos difíciles del montaje, que es la fase en la que ahora parece que estamos.

Los seguidores de Otegi, Díez Usabiaga y Etxeberria avanzan más rápido que ETA y lo hacen con el apoyo público de todos los partidos nacionalistas de Euskadi –EA, Aralar, Alternatiba–, menos el PNV, que de momento se reserva como si fuera un partido de gobierno. Su prisa tiene un sentido político: llegar a tiempo a las elecciones municipales. De ETA depende ahora que vaya realmente más lejos, lo que pasa por no poner condiciones. Pero, como escribe Luis R. Aizpeolea, en el diario El País, ETA sigue sin estar a la altura de todas las reclamaciones de su antiguo brazo político.