Xornal de Galicia lleva tiempo alertando de la privatización de las cajas, incluida Novacaixagalicia (NCG). Otros medios han guardado silencio y, lo que es peor, la clase dirigente no se ha querido dar por enterada, hasta el extremo de que hemos leído declaraciones en las que justificaban su inacción por el desconocimiento de las medidas avanzadas por Xornal. Se supone que tras escuchar al vicepresidente Rubalcaba no volverán a repetir semejante ridículo.

Las cosas están mal y ante esta situación caben varias opciones: mirar para otro lado, echarle la culpa a Zapatero o reaccionar con sentido de país y pragmatismo, en busca del mejor remedio posible. La historia juzgará a unos y a otros en función de lo que hagan, pero es tanto lo que está en juego que las dos primeras opciones parecen suicidas.

Las cajas, no solo la de Galicia, apenas tienen acceso al capital y las nuevas normas van a exigir más capital y de más calidad. Por eso se habla de privatizarlas, para que entre dinero fresco. De paso que se acomete este gran reto, la recapitalización, el Banco de España tiene intención de convertir las cajas en bancos y de apartar las autonomías de su control. Por las buenas o por las malas, decreto en mano si hace falta. Ése y no otro es el embarrado campo de juego y en él es preciso jugar. Los reproches, casi mejor hacerlos cuando acabe este partido, que es toda una final con el árbitro en contra.

Tanto la cúpula de NCG como el presidente de la Xunta están llamados a mover ficha, del mismo modo que las tres grandes fuerzas políticas del país. Llegados a este punto, seguramente dará mejor resultado asumir lo que en realidad todos sabíamos que seguir mareando la perdiz o pidiendo imposibles.

Lo que está en juego es la recapitalización de las cajas, algo que parece difícil hacer sin cambiar su naturaleza jurídica. En algún escenario, que puede estar escrito, políticos, sindicalistas e impositores quedarían fuera de los consejos y el Banco de España asumiría la tutela total. Para sortear los blindajes legales, Mafo podría aumentar los requisitos de capital y acelerar los plazos para alcanzarlos. Si ZP le da luz verde, sabe bien cómo hacerlo, porque lo tiene más que estudiado.

¿Quiénes saldrán ganando? De entrada, la banca, que eliminará la dura competencia de las cajas y que, al fin, podrá comprar entidades de ahorro, después de estar media vida quejándose de los agravios fiscales y de que las cajas sí pueden comprar bancos y no al revés. Pero puede haber más beneficiarios: los mercados financieros, que habrán conseguido otra de sus peticiones a Zapatero; el Banco de España, que ganará poder frente a las autonomías, e incluso una caja, La Caixa, que también será un banco pero no por necesidad sino por defender así mejor los intereses catalanes, a los que por cierto no es ajena Galicia. ¡Ojo!