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sábado, 18 de mayo de 2024 03:17h.
Opiniones

¿Crecerá España un 1,3% en 2011?

El plan B que le piden al Gobierno tanto el gobernador del Banco de España como el FMI es por si no se alcanza un crecimiento del 1,3% en 2011, como estima el Ejecutivo de Zapatero en su proyecto de Presupuestos, por lo visto poco creíble.

El plan B que le piden al Gobierno tanto el gobernador del Banco de España como el FMI es por si no se alcanza un crecimiento del 1,3% en 2011, como estima el Ejecutivo de Zapatero en su proyecto de Presupuestos, por lo visto poco creíble. Es verdad que la Moncloa y Economía plantan cara a este tipo de mensajes, pero también lo es que la media de estimaciones privadas de crecimiento para España se sitúa en el 0,7%, la misma que el FMI y más cerca, por tanto, de las dadas a conocer por la Comisión Europea y la OCDE. Expertos como Guillermo de la Dehesa apelan en este sentido a la prudencia, ya que las cosas no están precisamente para lanzar las campanas al vuelo, sino más bien para medir mucho todos los pasos que se dan. Si Zapatero apostase en Economía por profesionales de la talla de De la Dehesa, Ontiveros o Almunia, no iba a producirse ningún milagro económico de un día para otro, pero seguramente el Gobierno resultaría más creíble desde el minuto cero. Cada día más, se echa de menos a Pedro Solbes, que se fue a tiempo de que le pillase la tormenta perfecta.

En apenas tres años, España ha pasado de ser la octava economía del mundo a la número 12. Y con difícil retorno al top 10. ¿Son todo malas noticias? Tampoco es eso. Las exportaciones españolas a países emergentes van tirando y, de momento, sin problemas de cobros. Algo es algo. Pero con eso no basta. La economía productiva necesita acceder al crédito con mayor fluidez y aumentar su competitividad, precisamente para ser capaz de exportar más, y para eso es menester arreglar antes el lío financiero.

Los mercados vigilan a España con lupa porque este país debe mucho, y no solo desde el sector público. A falta de una política más expansiva en el gasto, solo queda el ajuste y éste, si si cruza la raya, también estrangula la economía. Los parados son los que más sufren esta situación de parálisis, lo cual es lógico si se tiene en cuenta que el actual plan de ajuste (contención del gasto público, reforma laboral, pensiones, etcétera) no se amortigua con medidas de acompañamiento, a diferencia de lo que se hizo en otras crisis. Claro que ahora España no puede devaluar y, por tanto, se genera un cuello de botella donde los más débiles se quedan casi sin poder respirar. Es injusto lo que está pasando pero también lo sería esconder la verdad de lo que sucede.