Buscar
viernes, 19 de abril de 2024 14:45h.

El problema de Repsol en Argentina

Por táctica, Argentina quiere modificar el accionariado de Repsol-YPF y reprogramar sus inversiones en el país.

Por táctica, Argentina quiere modificar el accionariado de Repsol-YPF y reprogramar sus inversiones en el país. Por estrategia, Buenos Aires desea ir más allá y renacionalizar, algo que ha encendido las alarmas no solo en España, sino también en la Unión Europea y, en menor medida, en Estados Unidos, que apoyan la posición española, ya que de ese modo también protegen otras inversiones suyas en Argentina. No vaya a ser que el kirchnerismo pretenda generalizar los decretos que planean sobre YPF y se vean afectadas otras multinacionales, entre ellas Telefónica, Endesa, BBVA, Santander, ACS, OHL, SanJose o Gas Natural Fenosa.

La salida, sea cual sea, no parece que vaya a dejar las cosas como estaban, una hipótesis prácticamente descartada. Si hay negociación entre las partes en conflicto, que sería lo más prudente, ese proceso puede conducir a la recomposición del accionariado, de modo que mejoren las posiciones argentinas, tanto dentro de la actual Repsol-YPF como de cara a futuros proyectos compartidos con otros operadores. Y si hay choque de trenes, hacia la nacionalización de YPF, Argentina terminará inmersa en una arriesgada guerra económica con grandes potencias, no solo con España. Si la impetuosa presidenta Kichner interpreta la negociación como una derrota, lo peor puede suceder, ya sea ahora o más adelante. Lo que es evidente es que el fantasma de una nacionalización a bajo coste está ahí y que el martes puede haber novedades de alcance, tras el encuentro de Kirchner con gobernadores de las provincias molestas con la petrolera.

Repsol es importante por su dimensión y también porque se ha convertido en un símbolo en este conflicto energético y diplomático que amenaza con enfrentar a España y Argentina. Y en cuanto a su dimensión es importante en dos sentidos: por su capacidad de producción de petróleo y de distribución de combustibles y por su peso financiero, ya que detrás de Repsol están La Caixa, accionista de referencia y propietaria de un 12%, y el Santander, que si bien no es accionista directo de Repsol es el principal acreedor de Sacyr, el grupo de construcción que controla un 10% del capital de la petrolera. @J_L_Gomez

>OTR 14-04-12